El término Andrógino es tomado del griego, y resulta de la combinación de las raíces “andro” (masculino) y “gyn” (femenino). En la era precristiana hasta los dioses y las diosas se entregaban a la múltiple elección de roles sin que esto fuese relevante. E. Haeberle (1962), ha encontrado que en la Antigüedad "la preferencia y roles sexuales no eran tema al que se les diera mayor importancia".
El travieso Eros unía a sus víctimas al libre arbitrio y el resultado final se aceptaba como el designio de una voluntad superior. Platón, trató de imaginar el origen de esta confusión sexual en Symposium; el célebre tratado, redactado hacia el final de su vida, sugiere que en tiempos remotos la raza humana estaba constituida por seres cilíndricos con cuatro brazos y piernas, dos órganos sexuales y una cabeza de Jano.
La mayoría de estos extraños primitivos poseía un cuerpo ambiguo, mientras que los otros deambulaban por el mundo como dobles-mujeres o dobles-hombres. Estas esencias cilíndricas tenían, según Platón, una apariencia demasiado perfecta, por lo que despertaron la envidia de los dioses, quienes decidieron partirlos por la mitad. Desde entonces, los mortales buscan sin descanso a su gemelo perdido en un intento por recobrar la unidad original.
La imaginación de Platón va más allá del horizonte de la sexualidad y plantea una naturaleza original andrógina en el ser humano. Figuras mezcladas que presentan características físicas propias de ambos sexos, pueblan también las religiones y los mitos más antiguos como el de Ishtar de Babilonia o el germánico Tuisto, adorados como entidades sagradas.
Hacia el siglo II a.C., el celoso Dios Yahvé del pueblo de Israel impuso nuevos y rigurosos parámetros. El mundo andrógino fue olvidado por largo tiempo cuando Europa cayó bajo el yugo de la moral cristiana; durante la Edad Media, los guardianes de la virtud cristiana carecían incluso de palabras para consignar estos excesos.
La mayoría de estos extraños primitivos poseía un cuerpo ambiguo, mientras que los otros deambulaban por el mundo como dobles-mujeres o dobles-hombres. Estas esencias cilíndricas tenían, según Platón, una apariencia demasiado perfecta, por lo que despertaron la envidia de los dioses, quienes decidieron partirlos por la mitad. Desde entonces, los mortales buscan sin descanso a su gemelo perdido en un intento por recobrar la unidad original.
La imaginación de Platón va más allá del horizonte de la sexualidad y plantea una naturaleza original andrógina en el ser humano. Figuras mezcladas que presentan características físicas propias de ambos sexos, pueblan también las religiones y los mitos más antiguos como el de Ishtar de Babilonia o el germánico Tuisto, adorados como entidades sagradas.
Hacia el siglo II a.C., el celoso Dios Yahvé del pueblo de Israel impuso nuevos y rigurosos parámetros. El mundo andrógino fue olvidado por largo tiempo cuando Europa cayó bajo el yugo de la moral cristiana; durante la Edad Media, los guardianes de la virtud cristiana carecían incluso de palabras para consignar estos excesos.
La busqueda de aquel otro que "llene" aquel vacio, la carencia de algun polo masculino o femenino, es aquella que hace ver atractiva a la persona androgina, tanto fisica como psicologicamente, hombres que buscan mujeres independientes, sencillas, sin complicaciones, mujeres buscando sensibilidad, ternura, y cuanta cosa femenina pueda hallar en el hombre.
Esta idea de la bisexualidad divina, es un tanto modelo y principio de toda existencia, la que puede aclarar este tema. Porque, en el fondo, lo que está implicado en una concepción semejante es la idea de que la perfección y, por consiguiente, el ser consiste, en suma, en una unidad-totalidad. Todo lo que es por excelencia debe ser total...
Esta idea de la bisexualidad divina, es un tanto modelo y principio de toda existencia, la que puede aclarar este tema. Porque, en el fondo, lo que está implicado en una concepción semejante es la idea de que la perfección y, por consiguiente, el ser consiste, en suma, en una unidad-totalidad. Todo lo que es por excelencia debe ser total...
3 comentarios:
Interesante post. un gusto leerte, gracia spor tu comentario.
Un abrazo
exodo
están realmente interesante estos últimos posteos de tu blog. entonces, pienso, las almas que se encuentran en esta vida, ¿podríamos pensarlo como el encuentro del otro que nos pertenece?
después de leer este texto, muchas ideas me vinieron en la cabeza, y una de ellas ha sido esa precisamente. algunos seres humanos tenemos la suerte de haber encontrado a nuestro otro ser, y eso se siente desde el primer momento en que nos reflejamos en él. algo muy loco realmente.
disculpá, creo que volé demasiado je je je
¿a vos te ha pasado?
Pues si, viandante, gracias a ti por pasar por este lugar, bienvenida siempre!, Veronica, te cuento que si me ha pasado, las cuestiones de polaridad del alma son algo bien complejo e interesante, buscamos en el otro lo que poseemos y lo que no.. un abrazo gracias por venir!
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